sin tinta en mi cuerpo.
Tiemblo entre versos antiguos,
y me ahogo en besos perdidos.
Rezo a mi “yo”,
y me desplomo rendido.
Siento al deslizar mis páginas,
que no hay buen final para este Libro.
Me bato en duelo con el destino,
El tiempo y la muerte, sonrien mis guiños.
Dejo que suspiren sus risas, y mentiras
en mi largo camino.
Mientras de rodillas,
exhibo mi propio egoismo
eterna y eterea razon de lo incumplido.
Y exhalo mi ultimo verso,
Pesadilla convertida en sueño.
Sueño sin sueño del arido ingenio
y cohibo a mi “yo”, para ser su dueño.
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