La noche cubrio su alma,
mientras sonoras carcajadas
formaban los cimientos
de aquel infierno dantesco.
Dolor por Sangre,
y Odio como sustento.
Tormenta arraigada
en el fondo de su corazon,
sediento de incosciencia pura.
Cristales rotos
para cubrir su cuerpo,
miradas perdidas
en la impotencia,
ante el fracaso,
y exito desolador
al comprender la soledad,
como una extensa idea pura
y eterna del amor.
Sangre,
Odio,
y Dolor,
bendice la muerte
de su infierno
cada noche.
Ni blanco,
ni negro,
ni gris,
su alma,
su amor,
sangre
y Dolor.
Henry J. White 11.11.09 - Sangre
Jummmmsss, q cambio!!! te ha sentado mal el resfriado, nada de gris, ni negro ni blanco, todo de colores se ve mas nito!!!! Vendrás el finde? muáaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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