Y la Luna, se quebró,
y el tormento resurgió.
Cayerón mil estrellas,
allí, donde se supondría
que estaba su corazon.
El viento enmudecio,
y el fuego se apago.
Camino entre las sombras.
esperando un destello
que alimente mi corazón,
que arrope mi alma,
fría y oculta, entre las sabanas.
Y la Luna... Henry J.White 1.12.09
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